La performance nace con la idea de poder expresar con el cuerpo la esencia espiritual de la música, a través de una análisis de una partitura desde un punto de vista fraseológico, agógico y de relación entre las partes, y realizar un trabajo coreográfico y coreológico basado en las intenciones interpretativas de los pianistas involucrados.

La música es movimiento, y por eso expresa direcciónes, intenciones, caracter, sensación y emoción, a través de precisos elementos yuxtapuestos de formas cada vez distintas.

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Después de una atenta lectura y un escrupolosa análisis se ha creado la coreografía respetando las relaciones entre los dos instrumentos involucrados (encuentros, armonias, disarmonias...), por otro lado se decidió crear un cuerpo que vibre en el imaginario a través de las mismas relaciones. La idea es hacer nacer el movimiento de la música y viceversa, hacer convivir lo abstracto del sonido con lo concreto del cuerpo, según un camino preciso y necesario, donde la sensación emotiva se une sin choques a la escritura rigurosa, todo eso tangible a través de la danza.​

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A pesar de la metodología experimental nos damos cuenta de lo inevitable que es encontrar adentro de la estructura posibles narraciones, imaginarios abstractos y reminescencias​.

Esto es un ejemplo de performance multiforme, donde encontrar la genialidad del concepto de variación sobre un tema en música, la fuerza poetica del movimiento, la importancia del gesto y la infinidad de un sistema aparentemente cerrado.